Corazón de mimbre

¡JODER! Qué ganas tengo ahora mismo de no hacer nada.

Tanto exámenes, tantos trabajos, tanta mierda escolar.

Sinceramente, por sacar sobresalientes nadie es mejor persona.

Asumamoslo.

Cómo añoro tener ahora mismo un buen libro entre mis manos y toda la tarde para poder leerlo. Tener a alguien con quien mantener una discusión interesante, de algún tema, por extraño que fuera, no de las estupideces adolescentes (de las cuales hablo a menudo, no digo lo contrario).

 Sin ánimo de ser empalagosa, o parecer ñoña, cosa que evito en mi vida diaria al doscientos por cien, echo de menos la sensación de paz, calidez y seguridad que antes me daba despertarme sabiendo que estaba con la persona que me hacía feliz.

Supongo que hoy tengo un día estúpidamente tierno, ¡lo odio!

Aquí dejo la canción que (como viene siendo habitual) da nombre a esta entrada. La verdad que en su momento me sentí muy identificada, pero supongo que suena ridículo en alguien de mi edad. También me tendréis que reconocer que la edad tiene poco que ver con la madurez últimamente.